miércoles, 3 de abril de 2013 0 comentarios

Descansar en Su presencia





Moisés le dijo al Señor: -Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo. –Yo mismo iré contigo y te daré descanso – Respondió el Señor. (Éxodo 33:12-14)

A Moisés se le encomendó un gran trabajo en sus manos. Él sabía que necesitaba la presencia de Dios, buscó la seguridad de que Dios en verdad iba con él y le ayudará. 

Esto es lo que nosotros necesitamos también: La presencia de Dios y su descanso. No importa lo difícil que sea nuestra circunstancia, el conocimiento de Su presencia nos fortalecerá y nos capacitará para hacer el trabajo que tenemos a la mano. Recuerda buscar la presencia de Dios, no Sus “presentes”.

En nuestro servicio o ministerio, a veces podemos disgustarnos o frustrarnos mientras tratamos de brindar esperanza y sanidad a los demás; a lo largo de los años, Dios nos ha enseñado a permanecer calmos, tranquilos y firmes frente a los desafíos. Nos ha mostrado la importancia de ser adaptables, manteniendo nuestros ojos puestos en Él. Sin concentrarnos en nuestros propios planes. Si las cosas no resultan como de verdad queremos, debemos relajarnos y confiar en Él para que nos muestre qué hacer. He aprendido que cuando estoy disgustada, no puedo oír con claridad a Dios; por ende, busco la paz en todo momento.

¿Cómo reaccionas tu cuando tus planes queda en la nada y parece que no tienen ninguna opción? Algunos de nosotros simplemente nos rendimos diciéndole a Dios: “¡Bueno, así son las cosas! ¡Mi plan ya se arruinó!”. Es necesario que pensemos en quien causó la “ruina”. Para comenzar, si Dios arruinó nuestro plan, teníamos el plan equivocado. Si el diablo lo arruinó, el Señor nos dará otro plan, uno que será diez veces mejor que el que fracasó. 

Con demasiada frecuencia, comenzamos a culpar al enemigo como una respuesta condicionada cuando las cosas no resultan como queremos. No todo es culpa del diablo, hay ocasiones en que estamos tratando de hacer como queríamos. No todo es culpa del diablo. Hay ocasiones en que estamos tratando de hacer algo que nunca fue la voluntad de Dios. Aunque hay cosas que queremos, debemos aprender a desear lo que Dios desea, ¡aún más de lo que deseamos lo que nosotros mismos queremos!

Cuando nuestros planes no funcionan, simplemente debemos someterlos a Dios y descansar en Su presencia. 

“El que habita al abrigo del Altísimo, se acoge a la sombra del Todopoderoso”. Salmo 91:1

Es tan necesario que comprendamos que Dios es nuestro Refugio y nuestra  Fortaleza. Podremos dependen y esperar confiadamente en Él. Si el diablo está resistiéndote y causándote problemas, Dios te los mostrará. Después deberías tomar  autoridad sobre él, recordándole que el Mayor vive dentro de ti. Cuando resistas al diablo y confíes rotundamente en Dios, tu plan siempre prevalecerá.

Moisés  le pidió a Dios que le mostrara Su camino para poder conocerlo. El Señor le contestó dándole la seguridad a Moisés que Su presencia estaría con él y le daría el descanso. Lo que Moisés realmente necesitaba en ese tiempo difícil de su vida era la presencia del Señor y su descanso. Aunque desearíamos conocer los planes de Dios para nosotros, lo que necesitamos más que nada es Su presencia en nuestra vida, la cual nos dará descanso dondequiera que Él nos envíe y en cualquier misión que nos asigne.

Cada día desea la voluntad de Dios más que la tuya propia. Cuando las cosas no funcionen como tú lo planeaste, permanece tranquilo y confía en Dios. Busca Su presencia en todo tiempo, si tu problema y demora es resultado de la oposición satánica, recuerda que Satanás quizá venga en tu contra por un camino, pero tendrá que huir delante de ti por siete caminos, si tú mantienes tus ojos en Dios.
lunes, 25 de marzo de 2013 0 comentarios

Sé paciente, no orgulloso








“No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.” (Romanos 13:8)
La Palabra de Dios nos enseña que no tenemos que deberle nada a nadie excepto para amarlo.
En 2 de Reyes 4:7, vemos que debemos pagar nuestras deudas. Cuando permitimos que las deudas nos abrumen, nos desanimamos, nos deprimimos rápidamente.
¿Te has dado cuenta de que una de las razones principales por las que la gente se endeuda es porque sus emociones están fuera de control? Cuando un deseo de placer personal, un sentido de prestigio o la capacidad de impresionar a otros hace que vivamos más allá de nuestros medios, acabamos endeudados.
Si tú y yo vamos a llegar a alguna parte en el Reino de Dios, debemos aprender  vivir según la sabiduría y no según nuestro deseo carnal, que es la emoción humana. 
“Dios bendice al joven que actúa con sabiduría, y que saca de ella más provecho que del oro y la plata. La sabiduría y el conocimiento valen más que las piedras preciosas; ¡ni los tesoros más valiosos se les pueden comparar!” (Proverbios 3:13-15)
La sabiduría toma hoy la decisión con la que te sentirás bien mañana. La emoción hace lo que la hace sentir bien hoy sin pensar en mañana. Cuando llega el mañana, los sabios lo disfrutan en paz y seguridad, pero los necios acaban desanimados y deprimidos. ¿Por qué razón? Porque los sabios se han preparado para el mañana y son capaces de disfrutar los frutos de su trabajo, mientras que los necios, que han puesto el placer primero, ahora deben pagar por ayer.
¡Es mucho mejor trabajar ahora y jugar después, que jugar ahora y preocuparse después!
Es tan desalentador ir al buzon de cada día y no encontrar más que cuentas, cuentas y más cunetas, a la larga, ese desánimo conduce a la depresión por causa de la presión de no ver una salida. Cuando cargamos en la cuenta cosas que no podemos realmente cancelar, estamos gastando hoy la prosperidad de mañana. Entonces, cuando el mañana llega, lo único que tenemos son DEUDAS.
Para vivir una vida disciplinada, que es realmente la necesaria para producir buen fruto en nuestras vidas, debemos estar dispuestos a invertir hoy para poder cosechar mañana.
 
Para aliviar el desánimo y la depresión que vienen por estar endeudados, debemos salir de la deuda convirtiéndonos en personas lo suficientemente disciplinadas como para no pensar en los sacrificios de hoy, sino en las recompensas de mañana.
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Sé paciente, no orgulloso





“Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales debe restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser *tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargar, y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.” (Gálatas 6:1-3)

En lo personal, leído y meditado mucho estos pasajes en demasiadas ocasiones. Tengo un temperamento natural que elude a la humildad, así que necesito toda la ayuda de La Palabra de Dios que pueda obtener.

Realmente si quiero agradar a Dios, estoy dispuesta a hacer las cosas a su manera, no a la mía sin importar lo difíciles que sean.

Estos pasajes me recuerdan que si bien la mala conducta debe ser confrontada en forma pasiva, también habrá ocasiones en que tenga que soportar las fallas de algunas personas problemáticas. Dios probará mi paciencia, y mi orgullo.

La humildad nos permite ser verdaderamente personas pacientes con los errores de los demás. Mientras andemos en amor y oramos por ellos, Dios va a obrar y tratará con sus fallas. Cosechamos lo que sembramos: Si sembramos misericordia, cuando nosotros la necesitemos, cosecharemos misericordia. 

Aun cuando se nos haga difícil quizá soportar las debilidades de los demás, La Palabra de Dios nos va a fortalecer y nos capacitara para hacer su voluntad. Cuando te encuentres tentado a ser orgulloso, estudia o medita las Escrituras, pídele al Espíritu Santo que haga a través de ti lo que no puedes lograr con simple fuerza de voluntad.

Recuerda, el orgullo es un pecado también, y es el culpable el cual se esconde detrás de las relaciones rotas. Las señales del orgullo incluyen la falta de voluntad para admitir fallas o renunciar a asumir la responsabilidad por las propias acciones.

El orgullo quiere hablar siempre, pero no quiere escuchar, el orgullo no hace las paces nunca; el orgullo es testarudo, no quiere ser instruído, ni exhortado, quiere instruir a los demás.

El pecado de Lucifer fue el orgullo, ¡Dijo que se levantaría a sí mismo y a su trono por encima de Dios! entonces, vemos que esa clave de orgullo se manifiesta cuando una persona se tiene en más alta estima que las demás personas, pero Dios dice que; Todos somos iguales ante sus ojos. Lucifer por supuesto, nunca ha sido igual que Dios, pero en lo que respecta a relaciones humanas, ninguna persona es mejor que otra.

Recuerda eso: Ninguna persona es mejor que otra. Ante los ojos de Dios, todos somos iguales. Y estarás bien encaminado para poder evitar el orgullo.

No te engañes creyendo que  siendo orgulloso, te llevará a dónde en verdad tú quieres ir. Más bien, permite que la verdad del pasaje de Gálatas desciende profundamente en tú corazón, tú vida  y te cambie de adentro hacia afuera. Sé paciente, deja el orgullo; si en tú vida quizá no has visto verdaderamente lo que quieres ver realizado, ¿será por orgullo? Deja que Dios trabaje en ti, y deja que Dios trabaje en los demás, él más que tú conoce a las demás personas.
viernes, 8 de marzo de 2013 0 comentarios

Feliz día






Mujeres buenas hay muchas, pero tú las superas a todas.
viernes, 25 de enero de 2013 0 comentarios

¡NO JUZGAR!









“No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.” (Mateo 7:6)

Mateo 7:6 creo que se refiere a la capacidad que Dios nos ha dado de amarnos los unos a los otros.

Si tenemos la capacidad de amar a los demás y sabemos que Dios nos ha mandado a que los amemos, pero lo que hacemos es juzgarlos por su condición o pecado, hemos tomado las cosas santas (el amor) y las hemos echado a los perros y los cerdos (espíritus inmundos).

Muchos creyentes han abierto una puerta para que esos espíritus pisoteen las cosas santas y vuelvan  y los rompan en pedazos.

Hace días hablando con una amiga me comentaba que, cuando estaba embarazada de su segundo hijo, ya era cristiana, bautizada en el Espíritu Santo, llamada al ministerio y una diligente estudiante de la Palabra. Había aprendido ejercitar su fe para sanar, pero durante los primeros tres meses del embarazo, estaba cansada y enferma, dice que había perdido mucho peso, y energía, según me decía paso mucho tiempo en cama, con náuseas y muy cansada que apenas podía mover.

Esa situación la confundió, porque se había sentido maravillosamente durante los primeros tres meses de embarazo, confiaba sinceramente en Dios que podía no estar enferma durante el embarazo. Un día mientras estaba en su cama me comentaba viendo a su esposo y a su hijo pasar un buen rato en el patio, le pregunto agresivamente a Dios: “¿Qué está mal en mí? ¿Por qué estoy tan enferma? ¿Y por qué no me pongo bien? Y El Espíritu Santo la guío a Leer este mismo pasaje que hoy te estoy compartiendo a ti, cuando lo hizo, dice que se acordó de un evento que había sucedido un par de años antes.

Dice que mientras estaba en su cama recordó, que una amiga cristiana junto a ella habían hablado de otra amiga cristiana, la habían juzgado y criticado porque estaba embarazada y había dejado de ir a la iglesia, porque decía que se sentía mal. Mi amiga creyó que su problema era que ella no tenía ganas de “superar” su situación e ir a la iglesia. Nunca le ofreció ninguna clase de ayuda. Simplemente decidieron que era una debilucha y que estaba usando su embarazado como una excusa para ser perezosa y autoindulgente.

Ella se dio cuenta que estaba en la misma situación de su amiga, Dios le mostró que aunque había estado sana durante el primer embarazo, había abierto una enorme puerta al diablo por sus juicios y críticas. 

Tomo las perlas, las cosas santas (su capacidad para amar a esa mujer) y las tiró a los perros y los cerdos, y ahora ellos volvieron y la destrozaron. Pero ella me comentaba también que fue muy rápida para arrepentirse de corazón y pedirles inclusive perdón a esa misma hermana y a Dios antes que nada. Tan pronto lo hizo, su salud fue completamente restaurada.

Ahora bien, aprendí una importante lección del testimonio de mi amiga sobre los peligros de juzgar y criticar a otros. Jesús nos dice que no juzguemos a los demás por nuestro propio bien; Él no desea que a su vez seamos juzgados.

Hace unos meses, un amigo que mintió mucho, y que también lastimo y ofendió a su ex relación, le mostraba esto antes de que tú lo leyeras y le aconseje que se arrepintiera, que perdonara, y si él sentía el alivio de hablarle a la persona que también lo lastimo que lo hiciera, al final él, luego de toda enfermedad que estuvo pareciendo en ese proceso de restauración en su vida, aprendió que de nada servía juzgar a su ex pareja, simplemente por todo lo que había pasado.  

Todos en algún momento llegamos a ser imprudentes, desobedientes a la Palabra, y a su divina misericordia. Pero debemos tener en mente que delante del Rey no somos nadie, ni nada. Y que no somos aptos para manipular, juzgar y criticar a alguien por mucho que se haya equivocado. 

A veces utilizamos pasajes para justificar nuestras obras, cuando delante de Dios siguen siendo igual de sucias, y desagradables. 

Como hijos de Dios aunque nos cueste entender y asimilar, aunque nos hayan hecho mucho daño y nos hayan fallado, nosotros debemos aprender lo que Jesús nos enseñó, a  PERDONAR y AMAR a aquellos que inclusive se burlaron de nosotros.

Dios prueba tu corazón, y eso también determinan tus obras y tu fe, porque de nada sirve tener Fe sino tienes amor, y de nada sirve tener amor sino tienes perdón en tu vida, no podemos vivir de raíces de amargura, no podemos vivir de resentimientos, tampoco podemos vivir del pasado y de lo que nos hicieron seguir hablando, eso déjalo atrás, perdona, deja de juzgar y ama porque así es como Dios te va a recompensar.

Resiste la tentación de criticar y juzgar, y, de ese modo, capacítate a ti mismo y a otros para disfrutar de bendiciones, en vez de recibir juicios.
miércoles, 23 de enero de 2013 0 comentarios

Lo que le pedí a Dios






11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. 12 Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. 13 Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo *corazón.
(Jeremías 29)
jueves, 10 de enero de 2013 0 comentarios

Cuando esperar desespera









Como el pueblo de Betania estaba a unos tres kilómetros de la ciudad de Jerusalén, muchos de los judíos que vivían cerca de allí fueron a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Cuando Jesús llegó a Betania, se enteró de que habían sepultado a Lázaro cuatro días antes. Al enterarse Marta de que Jesús había llegado, salió a recibirlo, y María se quedó en la casa.  Entonces Marta le dijo a Jesús: —Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. (Juan 11: 17-21)

La prueba es solo la excusa de Dios para Glorificarse en Tu Vida” 

Muchas veces llegamos a pensar y a decirle a Dios lo que Marta le dijo a Jesús pero de diferente manera, a veces es un “¿Dios porque no me respondes?” ¿Por qué permitiste Señor que ocurriría todo esto?” “¿Por qué no llegas a tiempo, donde estás?” y nos llegamos a desesperar por muchas dudas en nuestra vida, por las pruebas que Dios permite que pasemos, porque recuerda que Dios prueba el corazón, y muchas veces nos quejamos, lastimamos o nos lastimamos y no nos damos cuenta que dejamos a un lado a Dios, porque el problema o la prueba ha sido mas fuerte de lo que pensamos.

Tú y yo sabemos muy bien quien es Jesús, Él es poderoso, Él es un Dios sobrenatural, es un Dios misericordioso y amoroso, la prueba es solo la excusa de Dios para glorificarse en Tú vida.

Eso que pensaste que estaba muerto, Dios lo resucitara. Él es la resurrección y la vida, Él es el UNICO que puede sacarte el hoyo cenagoso, del valle de sombra, nadie más que Él, Él es el único que te puede ayudar a olvidar lo que causaron en ti, también Él es y ha sido quien ha estado en control de ti, a pesar de que quizá ni sientas su presencia, pero Él no te ha abandonado, Él siempre esta contigo.

En cada área de nuestra vida Dios quiere manifestarse y resucitar tus sueños, tus anhelos, aquello que has dejado como muerto, aquello que haz pensado que no funciona, o que nunca será, Dios quiere hacerlo realidad, conforme a su voluntad.

Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.  Cuando Jesús vio que María y los judíos que habían ido con ella lloraban mucho, se sintió muy triste y les tuvo compasión.” (Juan 11: 32-33)
 
Cuando tú y yo entramos en esa posición de no somos nada, de que Dios no nos ha respondido,  quien soy yo para decirte, me duele y siento dolor, pero realmente Dios sabe tu necesidad y conoce tu corazón y si estás siendo humilde, y si estas esperando la respuesta de Dios, él va a darte la victoria solo debes esperar su tiempo, no el tuyo.
Dios no improvisa su respuesta, Él se excusa de tu prueba o problema  para Glorificarse en ella.

“Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Pero Marta le dijo:—Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.  Jesús le contestó: —
¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios” (Juan 11: 38-40)

La duda es una desconfianza absoluta, cuando desconfiamos de Dios. Tú tiempo y mi tiempo no es el tiempo de Dios, mis pensamientos y tus pensamientos no son los pensamientos de Dios. Debes aprender a esperar en Él.

Busca la voluntad de Dios sobre tu vida, cree para ver. Espera para ver la victoria que Dios tiene preparado para ti, no sé cual sea tu problema, tu prueba, tu circunstancia, tu adversidad, tu enfermedad, pero Dios quiere resucitar cada área de tu vida que esta muerta, Él quiere ser tu sanador, tu salvador, tu Dios todopoderoso, solo debes creerle a Él y no buscar otros medios, porque nadie, ni nada te podrá sacar adelante ni olvidar el dolor, ni sanar tus heridas, solamente Dios. 

“La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. “ (Juan 11:41). Mientras está la prueba el Señor  está intercediendo por ti.

Tu comunión con Dios es más importante. Cree en el Señor y vas a ver ese milagro. Te lo aseguro. Esperar es difícil, pero debemos creer el milagro antes de verlo realizado. Dios esta en control.

Dios nunca improvisa sus respuestas, Él está esperando que te rindas y le creas. Recuerda que vivimos gracias a Él, y sea cual sea tu situación, Dios quiere abrazarte y mostrarte su amor y todo lo que Él tiene preparado para ti.

Esperar desespera, pero debes confiar y rendirte a Dios, porque para Él no hay nada, ninguna cosa imposible.
 
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